sábado, 27 de marzo de 2010

EL SILENCIO DEL BOSQUE


En la profundidad del bosque,
Llegan los ecos de los pájaros, el cencerro de la vaca y un lejano ladrido.
El sol nos arropa con sus últimos rayos,
Y las montañas con sus cumbres,
Coronan el manto azul del cielo.

Parece que el tiempo no fluya,
Y se haya parado en la inmensa plenitud del campo.
Parece que la eternidad,
Reine nuestros días y la paz bese nuestros labios.


En la inmensa quietud,
Se escucha el rumor del silencio, de la vida, de los montes,
De un mundo ya desconocido e impuro para muchos de nosotros.


Rosa

sábado, 13 de marzo de 2010

LLUEVEN RECUERDOS



Llueve.
Las gotas golpean lentamente el cristal.
Tu nombre indeleble palpita en este dolor que no acaba.
El sol se llevó tu recuerdo,
Y vieron los días grises, las noches en vela, vacías.
Sola, con el murmullo de la lluvia,
Voy contando las sílabas de tu nombre.
Una, dos, tres, cuatro.
Y la noche se prolonga entre silencios y recuerdos.

¿Donde estas?
¿Donde fuiste?

Nada me lleva hacia ti.
La lluvia ha teñido de gris el rostro.
Para olvidarte, para olvidarnos
Para acallar el grito desagarrado de mi alma.
Ella, anda sola, sin dueño, buscándote.

¿Volverás?

Yo te espero aquí, sentada, contando las silabas de tu nombre.
Uno, dos, tres, cuatro.
Y la noche se prolonga, entre silencios y recuerdos.

Rosa

sábado, 6 de marzo de 2010

LA MIRADA

Nuestra mirada es como el pozo del tiempo, donde la vida puede volverse fugaz o acompañarnos eternamente. Allí en esos grandes ojos ella reside. Expectante, observadora, apasionada, guarda en su interior los secretos más ocultos del alma. Pero ella es diferente en cada ser, no hay dos que podamos apreciar de la misma manera. Hay algunas que desnudas de odios y mentiras, crean el cálido fuego de la complicidad, tras haber sido engullidas y transportadas hacia los ocultos rincones de otra mirada. Hay algunas que son la ventana hacía un nuevo mundo y que llegamos a alcanzar cuando pintamos de color esperanza el muro de indiferencia que nos separa de los demás. Por último, están las que hallas muy pocas veces en la vida. Son únicas, excepcionales e imposibles de sustituir. Habitan en aquellas personas, que con una palabra son capaces de llegar hasta el fondo de tu alma. Y con una sonrisa, devolver la vida a los campos marchitos de tu recóndito paraíso.







La mirada es la inocente risa de un niño,
Es la voz de todo abuelo llena de las heridas de batallas y miserias.
Es la apasionada bailarina que recrea en sus movimientos el sentir de lo que amamos.
Es la silenciosa que llora cuando caemos en el hoyo del vacío y de la impotencia.
Es la infinita estrella que brilla cuando nos vemos reflejados en ella.
Es la laguna de cristal, dónde navegan dos veleros unidos por el ancla de la amistad.
Es el mar embravecido por el oleaje de la ira, o a veces en calma, mecido por lo que te ofrece la vida.
Es el espejo de lo que un día fuimos.
Es dónde muere y nace el olvido.
Ella es la que descubrí y me llevó hacia ti.



Rosa